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Trabajando en diferentes escenarios transversales de flujos en aprendizajes colaborativos, especialmente para universidades, aunque podemos incluir a todas las edades, ABP, PBL, para encontrar aspectos competenciales y evaluativos de forma personalizada.Estamos en el planteamiento de una situación problemática a resolver a través de un proyecto que se plantea en forma incompleta, como un problema contextualizado, mal estructurado y con múltiples soluciones (Jonassen, 1997), esto es, el enunciado del problema no contiene toda la información necesaria para poder resolverla. Para lograr posibles respuestas por parte de los alumnos, se requiere la puesta en juego de conocimientos y técnicas . Sus posibles soluciones no están restringidas por los dominios de contenidos que se han estudiado ni son predecibles o convergentes. Se espera que los estudiantes especifiquen los límites al problema, a través de suposiciones y juicios, expresando opiniones personales y fundamentadas en los contenidos de la materia. Esto favorece las discusiones entre los alumnos para definir las características principales del problema que motivó a los estudiantes a explorar el dominio del conocimiento requerido (feedback y flujos)

 

Si se pretende que los aprendices se vayan introduciendo en los conocimientos que les harán falta para interpretar y conocer las problemáticas de capacitación, educación a distancia e implementación de los cursos de capacitación, debemos disponer de otra estrategia de aprendizaje adicional que actúa paralela y complementariamente a la de aprendizaje basado en proyecto (ABP–PBL): las actividades de andamiaje (Collins, 1997)Utilizando estas metodologías se pretenden dos planteamientos: a) que el aprendiz interactúe con el dominio de conocimiento necesario para poder interpretar y llevar adelante el proyecto, y 2) se familiarice con el nuevo entorno de trabajo y pueda desarrollar o adquirir habilidades para desenvolverse de forma idónea en un ambiente virtual. (COMPETENCIAS Y EVALUACION EN ABP).

 

Se quiere con todo ello llegar a las habilidades, los conocimientos y las capacidades con los que se espera que los aprendices

La producción esperada es una propuesta de capacitación que ponga de manifiesto el conocimiento alcanzado por los alumnos, pensando como profesionales, y no un proyecto del nivel de un profesional experimentado en e-learning.

Los aprendices deben definir el problema y determinar qué información y habilidades son necesarias para resolverlo.

 

Aparecen nuevos entornos formativos en el ciberespacio, que liberan a los estudiantes y profesores de las exigencia de coincidencia en el tiempo y en el espacio, y facilitan así el acceso a la formación en cualquier circunstancia a lo largo de toda la vida. Los nuevos sistemas de formación on-line (aprovechando los recursos informáticos y el ciberespacio) mejoran con mucho las prestaciones de la enseñanza a distancia tradicional, que solamente disponía del correo, el teléfono y la radiotelevisión como canales de comunicación y difusión de los recursos didácticos audiovisuales y en papel .

 

Para aprender será fundamental tener objetivos que alcanzar, metas que cumplir. Y por tanto es imprescindible la motivación y el interés. Primero la práctica, la acción, luego la teoría. Parece sencillo pero no lo es. Cualquier intento de facilitar el aprendizaje, por los medios que sea, que no parta desde los intereses, las preocupaciones, las necesidades de aquellos a quienes va dirigido, está condenado a tener problemas.

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En la educación a distancia un problema central no es dónde se encuentran espacialmente el profesor y el estudiante (en un elearning clásico, en el ELEARNING INCLUSIVO, con el cambio de roles la situación es muy diferente, o cómo se comunican, sino la cantidad y la calidad de las interacciones. El papel verdaderamente innovador de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación en la educación a distancia es intentar reducir el espacio transaccional entre profesores y aprendices, y favorecer la interacción entre los propios estudiantes (Hilman, Wills…)
Considerando que el foro ofrece un espacio adecuado para facilitar las interacciones (Anderson y Kanuka, 1997) estudiante-tutor y estudiante-estudiante, en el primer caso se ofreció motivación, retroalimentación, diálogo y orientación a ambas partes; en el segundo, se favoreció el intercambio de experiencias, reflexiones, opiniones y análisis. De esta manera, se diseñarán actividades para desarrollarse a través del foro del grupo de la materia.

 

El alumno es el verdadero protagonista. Sin embargo, si echamos la vista atrás y tratamos de recordar las diferentes experiencias educativas que hemos tenido a lo largo de nuestra vida, veremos que apenas cumplen esas premisas. Por regla general, la mayor parte de ellas eran monopolizadas por profesores que acaparaban el espectáculo, muchas veces situados en un estrado como símbolo de su autoridad y jerarquía. Cuando estábamos en el colegio, jamás olvidamos que el profesor tenía el poder absoluto de poner las notas y aprobar o suspender a los alumnos.

 

Nos orientaremos para hacer que las interacciones entre pares, al menos se puedan viralizar en dos dimensiones: una que permita a los apéndices a intercambiar conocimientos, reflexionar a partir de otras opiniones sobre el propio conocimiento y el nuevo, así como expresar sus ideas y pensamientos con un fundamento sólido; otra, que les permita trabajar colaborativamente, involucrando el compromiso mutuo de los participantes en un esfuerzo coordinado para resolver un problema juntos. La interacción social juega un rol fundamental en el proceso de aprendizaje y, por tanto, uno de los objetivos pedagógicos es diseñar ámbitos y tareas que ofrezcan situaciones de colaboración con un soporte adecuado para promover, organizar y coordinar la participación (Moallem, 2003).

La interacción tutor-estudiante es, además, mediada por el correo electrónico. El primero cumple con la función de facilitador del proceso de aprendizaje en forma individual del segundo. Hoy por desgracia, el profesor sigue haciendo el 95% del trabajo. El aprendizaje depende demasiado del profesor, y ya hemos comprobado en carne propia que hay profesores buenos y malos. Todavía no se tiene en cuenta la eficiencia de desarrollar una sola vez un contenido de calidad en lugar de que haya miles de profesores impartiendo sus propios cursos una y otra vez, año tras año. Para cerrar el círculo, tratamos de medir el conocimiento de los aprendices a través de exámenes (y eso que hablamos de COMPETENCIAS) Los aprendices se limitán a escuchar callados durante horas, tratar de no dormirnos, memorizar lo necesario para aprobar el examen y continuar avanzando. Éramos meros asistentes, casi nunca participantes.

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. Actividades de andamiaje

En el transcurso de las actividades de andamiaje, realizadas por cinco alumnos, se registraron 18 mensajes de correo electrónico alumno-tutor, de los cuales 44% fue enviado por los alumnos y el resto por el tutor.

Una de las características de esta actividad es que su corrección no es individual tutor-alumno, sino que en un espacio común los estudiantes deben almacenar los puntos de la actividad indicados por el tutor, para luego en el foro participar en una discusión acerca de las soluciones presentadas por los distintos miembros del grupo.

En un principio, se observaron algunas dificultades para comprender la metodología de trabajo, ya que, a pesar de explicarse en reiteradas veces, dos alumnos mostraron insistencia en contactar al tutor para una corrección individual de la práctica. En el caso del Alumno 1, se observa en 80% de sus mensajes; mientras el Alumno 2 interviene con menor cantidad de mensajes en este sentido, alrededor de 33%. Se destaca además, en tres alumnos la ausencia de interacción a través de este medio con el tutor. Sin embargo, se infiere a partir de comentarios publicados en el foro, que hubo una comunicación alumno-alumno, la cual quedó fuera de nuestros registros: ”poder consultar tanto a profesores como compañeros en cualquier momento a través de las herramientas que provee Internet…” (Alumno 3).

En la Figura 1 se muestra el flujo de las interacciones entre los estudiantes participantes en el foro. Los alumnos son identificados mediante elipses (A1, A2, A3, A4, A5), la dirección (emisor-destinatario) con flechas; el orden (de publicación en el foro) y el tipo de mensaje (acuerdo, desacuerdo, aporte, falta de entendimiento).

 

En esta etapa no hubo una participación fluida de los integrantes, sino más bien se limitaron a responder lo solicitado en la actividad (así valoraron la resolución al menos dos pares); sin embargo todos los puntos fueron discutidos por al menos otro participante del foro. Se observaron intervenciones basadas en argumentos sólidos, evidenciando, por una parte, interacciones adecuadas con el contenido y, por otra, una recombinación de los mejores elementos de las ideas expuestas, promovida por las interacciones entre pares y tutores para, finalmente, alcanzar una reformulación compartida por el grupo del objeto de conocimiento del aprendizaje.

En general, la calidad de las respuestas individuales fue buena, evidenciando que la estructuración de los materiales y las actividades favoreció la interacción con el contenido y promovió la asimilación. Las valoraciones realizadas demuestran un buen nivel de argumentación. Refleja que este tipo de actividad promovió un alto grado de compromiso del alumno con la tarea. Quizás, este comportamiento fue motivado por la exigencia de “saber” para valorar a un par.

 

Lo que estamos trabajando describe la implementación de una propuesta didáctica de curso en línea basado en proyectos (Barron et al., 1998) y de trabajo colaborativo (Bennet, 2004), como estrategia central de aprendizaje para un curso académico que aborda la problemática del diseño y la implementación de cursos de capacitación utilizando las TIC. Considerando los principios propuestos por Barron y el Cognition and Technology Group de Vanderbilt (1998), se pueden diseñar actividades de aprendizaje que sirven de andamiaje para adquirir los conocimientos necesarios que permiten desarrollar un proyecto completo de capacitación de una organización. En su mayoría las tareas seleccionadas son actividades reales en situaciones reales (Nardi, 1996), que requieren para su solución la utilización de los conocimientos y las técnicas que integran el currículo de la materia. Este enfoque holístico permite abordar, en forma simplificada, los contenidos y las tareas, “no por medio de la fragmentación, sino de la identificación de versiones más simplificadas y pertenecientes al mundo real” (Reigeluth, 2000).

El objetivo de incluir el trabajo colaborativo en esta propuesta es crear situaciones en las cuales se generen interacciones productivas entre los alumnos (Ronteltap y Eurelings, 2002). Esta noción de productividad exige de los estudiantes poner en juego estrategias y procesos cognitivos superiores, ya que deben evaluar situaciones contextualizadas, tomar decisiones, proponer soluciones, negociar ideas con base en argumentos referenciados en conocimiento y construir la propuesta.

 

Con todo ello vamos a tratar de entender las potencialidades de las de la creación de nuevos modelos centrados en el alumno, es la idea de que los estudiantes seguir participando mediante la identificación de las rutas más interesantes y relevantes para ellos.

No sólo debemos ofreciendo una amplia gama de opciones de programas sociales, sino también el diseño de redes de aprendizaje para proporcionar a nuestros jóvenes un espacio fuera de la programación estructurada para explorar sus pasiones con el apoyo de sus compañeros y mentores.

Ser capaz de involucrar a nuestros estudiantes más allá de las limitaciones de tiempo y espacio de los talleres y las clases no sólo nos permite continuar con ese trabajo con ellos durante toda la semana, pero igual de importante, les da una oportunidad invaluable para que las experiencias fuera en el espacio para compartir con la comunidad de aprendizaje.

El reto que se nos presenta es darles la posibilidad de compartir constantemente los intereses y las actividades que suceden en otros lugares y que la pintura de un retrato más completo de quiénes son los alumnos. Si lo conseguimos y tenemos un crecimiento del “perfil” de los intereses de aprendizaje y las actividades, podremos crear nuevas oportunidades para todos y así facilitaremos su aprendizaje con su esfuerzo.

Como los aprendices tienen más conectividad y el acceso a los recursos que nunca, un reto es desarrollar nuevas prácticas y herramientas para apoyarlos en la forma en que eligen administrar las oportunidades de su aprendizaje.

 

Con el fin de crear un entorno en el que el aprendizaje colaborativo puede tener lugar tres cosas son necesarias. En primer lugar, los estudiantes necesitan sentirse seguros, pero también cuestionados. En segundo lugar, los grupos deben ser lo suficientemente pequeños para que todo el mundo pueda contribuir. En tercer lugar, los estudiantes trabajan juntos en tareas deben estar claramente definidas.

 

Los alumnos de esta manera mostrarán un compromiso real con la tarea, producto de la interacción necesaria con los otros que requiere conocer para participar; resolver en tiempo para discutir, presentar ideas y defenderlas con argumentos sólidos, negociar y hasta, en algunos casos, aceptar la propuesta de la mayoría.

Esta metodología didáctica, soportada por interacciones dialógicas, permite enriquecer las producciones, dado que compone los aportes individuales en una síntesis de ideas de todos los miembros del grupo. De esta manera, se observó que el trabajo colaborativo consta, como han definido Ingram y Hathorn (2004), de tres elementos decisivos: participación, interacción y síntesis.

 

 

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