Juan Domingo Farnos

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No hay ninguna duda que las actuales tecnologías informáticas y comunicativas (TIC) han modificado la manera en que el saber científico se registra, publica y utiliza (revistas electrónicas, bases de datos, repositorios, etc.). En general, los procesos de difusión y transmisión del conocimiento se han vuelto más ágiles. Pero la comunicación científica, además de la difusión (contemporánea) y la transmisión (histórica) de la información, viene cumpliendo otras funciones: evaluación o justificación del conocimiento, construcción de consenso entre los expertos y acreditación y reconocimiento de los investigadores.

Estas últimas funciones apenas han cambiado hasta ahora con los nuevos formatos de publicación; se han ampliado las fronteras y la accesibilidad, pero subsiste el marco institucional de interacción de las comunidades científicas.

Sin embargo, cabe preguntarse si la aceleración del cambio tecnológico y las innovaciones más recientes, como las ciberinfraestructuras y plataformas grid, o la Web social, alteran y dinamizan la producción del conocimiento científico y afectan a la investigación hasta provocar cambios revolucionarios.

Las ciberinfraestructuras y plataformas de computación científica distribuida se despliegan en los terrenos clásicos de la big science y, en general, donde se emplean muchos datos y potencia de cálculo. Abarcan desde la captación de información observacional hasta el uso compartido de resultados factuales y textuales, pasando por el tratamiento, análisis y modelización computacional de los datos.

Son, pues, medios tecnológicos para la producción masiva y organizada de conocimiento. La aplicación de la Web 2.0 a la ciencia entraña a su vez que la información es generada y compartida de modo cooperativo mediante las TIC, y amplios grupos participan aportando contenidos, de manera ágil y poco controlada por normas, llevando el Acceso abierto hacia una construcción abierta de la ciencia, al estilo wiki.

“El aprendizaje sería sumamente laborioso, por no hablar de peligroso, si la gente tuviese que confiar únicamente en los efectos de sus propias acciones para informarles qué hacer.

Afortunadamente, la mayor parte del comportamiento humano se aprende por observación de los demás, observando cada uno se forma una idea de cómo se llevan a cabo nuevas conductas, y en ocasiones posteriores esta información codificada sirve como una guía para la acción “.

Necesitaríamos una especie de arquitectura con diferentes capas capas , que consiste en una capa de presentación, una capa de middleware para procesos de transferencia de conocimientos y la gestión del conocimiento, y una capa de publicación de contenido:

–El conocimiento es el resultado de la información (por ejemplo, contenido de aprendizaje) y la experiencia.

-El conocimiento está directamente influenciado por la propia experiencia. Por lo tanto no hay tal cosa como la ” transferencia de conocimientos “.

¿Cómo puedes hacer entender a una gran comunidad, a unas personas con un estatus determinado, a una cultura ancestral… qué su tiempo de «dominación» y de «control» ya pasó? Juan Domingo Farnos

Difícil ¿verdad? ¿Imposible?, de ninguna de las maneras. A lo mejor es una tarea de gota a gota, de persona a persona ya uqe parece que si se juntan unas por otras se «apoyaran», aunque sean completamente diversas y piensen diferente, pero las reticencias, resistencias comunes les unirán. Eso es gestión de dinámica de grupos.

Los cambios son relativamente fáciles de gestionar, las transformaciones complejas, muy difíciles, pero des de la seguridad de que se necesita esta disrupción, la empatía y la convicción, se puede y lo más importante, de debe hacer.

Estamos hablando de EDUCACIÓN, naturalmente, de sus organizaciones, de sus docentes, famílias, aprendices…

Hay que conseguir que la gente escuche, que lo haga con la mente abierta, nunca a la defensiva ya que si no tiene voluntad de hacerlo, «ellos no serán de la partida» quedarán fuera de esta transformación y su lugar deberá ser ocupado por otras personas propensas a aprender. Ya nadie ni es insistituible, ni imprescindible, el aprendizaje ya no es lo que yo he adquirido si no que lo que he aprendido debe ser utilizado por los demás, si no, no tiene valor, pensemos en eso….

Debemos aprender a TRANSFERIR, experiencias, conocimientos, aprendizajes, recordemos que ya no transmitiremos nada, eso ya pasó, es fruto de la instrucción, de las lecciones magistrales, del yo hablo y ellos escuchan, ahora se necesita la interacción de Vigotsky y la valoracion positiva y real de Ger Biesta….

Las tecnologías, TIC, Internet, AI, Realidad Virtual… nos ayudará a ello, es más , hoy en día sin ellas no tendrá ni sentido ya que la sociedad las utiliza en todo momento, no podemos dejarlas atrás o serán «ellas»· quien lo hagan con nosotros. No podemos decir «en mi centro no hay ordenadores, tablets…» habrá que buscarlos, no podemos ya trabajar de manera colaborativa/cooperativa y paralelamente trabajar con la DIVERSIDAD y no hacerlo de manera PERSONALIZADA Y SOCIALIZADORA, sin ellas, es materialmente imposible. Ni siquiera pensar que con las PDI podemos hacerlo, de ninguna manera, necesitamos artilugios que nos llevarán a la utilización de las tecnologías duras, pero también a las blandas para realizar la TRANSFORMACIÓN (DISRUPCION) de la educación que necesitamos. las Buenas prácticas aisladas que ya hacemos están muy bien, pero son totalmente insuficientes, necesitamos una transformación de toda la educación, no de pequeñas parcelas en tiempos limitados, eso hoy ya no vale….

«Lo haremos o lo harán por nosotros»… JUAN DOMINGO FARNOS

«En la raíz de tal compromiso está el convencimiento de que ha llegado el momento de pasar del paradigma de los contenidos a un paradigma distinto, que bien podría ser el paradigma de la acción» La escuela no puede seguir siendo una institución dedicada a la doma y selección de menores con la memorización de contenidos como principal actividad. Esa escuela, hoy, es agente de frustración, desigualdad y fracaso: no contribuye a la felicidad ni presente ni futura de buena parte del alumnado, y la felicidad debe ser el objetivo de todo ser humano a lo largo de la vida – mal que le pese a algunos que prefieren hablar de esfuerzo cuando en realidad piensan en una escuela para unos pocos marcada por el sufrimiento o el aburrimiento» Fernando Trujillo Saez

Obviamente des de la educación es difícil conseguir todo esto, des de una transformación social, si.

La sociedad es la que debe dictaminar lo que se ha de hacer. Desde esta óptica, los modelos educativos se tienen que redefinir, y en la deseducación podría estar la repuesta… deseducar es una forma de educar, sin embargo, para concretar lo que se ha de hacer se debe considerar que estamos en otra época y esta época tiene aún que redefinir por dónde quiere ir.

Las tecnologías de hoy son mucho más hipermedia, mucho más transmedia, lo que hace que la expansión de conocimientos y aprendizajes se transmita de una manera mucho más exponencial, viral, por lo tanto las tecnologías sí que van a condicionar las maneras de educar.

Respecto a la Educación Distuptiva puede ser voluntaria o no voluntaria, es decir, Ivan Illich aboga por la desescolarización, como también lo hacía Freinet. Roger Schank también aboga por lo mismo. Juan Domingo Farnós dice no abogar por una desescolarización total sino por una libertad de educación, es más, aboga por que la sociedad diga lo que quiera hacer.

¿La disrupción es innovación? Para nada! Innovar es mejorar lo que hay y disrupción quiere decir crear otra cosa. Esta sociedad es otra sociedad, y como es otra sociedad no tiene por qué seguir los pasos anteriores. Si de algunas maneras Gutenberg con los libros logró hacer otra sociedad, internet también ha logrado hacer otra sociedad. Lo que pasa es que estamos en un tiempo en el que no sabemos hacia dónde vamos.

Para Farnós, la escuela y la universidad se caracterizan por no ser disruptivas para nada, por el contrario presentan una educación formal, curricular, obligatoria, con competencias, con objetivos, todos totalmente predecibles y totalmente alejados de lo que es la sociedad, es decir, que si antes la escuela estaba alejada de la sociedad, ahora lo está más, y contrario a esto, la educación se debe basar en la libertad de las personas y de las comunidades. Incluso la palabra educación puede ser redefinida.

El problema es que muchas organizaciones siguen teniendo una visión estática del conocimiento con estructuras compartimentadas poco abiertas a la colaboración en red, reduciendo así dramáticamente su capacidad para innovar (es decir, mejorar los procedimientos para conseguir ser mas eficaces y efectivos con respecto a los objetivos de nuestras acciones y servicios).

–El rendimiento está tomando medidas en el conocimiento.

Esto es lo que es evidente para otras personas en el lugar de trabajo. Ellos observan lo que hacemos. No es lo que sabemos que es importante para los demás, sino lo que hacemos con ella. En el lugar de trabajo, lo que hacemos con el conocimiento es por lo general en un contexto social. Esto influye en el tercer punto clave, que la reflexión de la actuación de uno es una parte importante del proceso de aprendizaje y esto es a menudo en un contexto social.

Por todo ello….

¿Por qué hay que dar siempre datos a los alumnos? ¿Por qué hay que orientarles siempre? ¿Por qué ponemos los escenarios de aprendizaje primero?:

1-Ayudar a las personas a medir su conocimiento pre-existente, en su caso

2-Mostrar el alumno a través de sus errores que tienen que aprender estas cosas, por lo que prestan más atención a la información que sigue…

3-Tener una historia memorable con el que organizar la información más abstracta que sigue, posiblemente ayudar con la retención y transferencia…

4-Encontrar la información a nivel de principiante en una forma atractiva, posiblemente, motivándolos a continuar….

O también sería interesante unos escenarios diferentes y ramificados:

a) ¿sería más satisfactorio para los aprendices?. Al permitir que la gente cometa errores, ver las consecuencias de esos errores, y sacar conclusiones, estamos diciendo: “Yo reconozco que eres es una persona con una experiencia (lifelog learning) tanto en tu sinergia cerebral de neuronas y por tanto de conocimientos en red y de la vida, y confío en que seas capaz de aprender de la experiencia …

Nuestro manejo del aprendizaje des de los bordes, , la retroalimentación en los extremos de los caminos y la ayuda opcional o recursos en el camino, le ayudará a asegurarse de que los aprendices están sacando las conclusiones correctas sin tener demasiado miedo a planteamientos frustrados.

Todo es cuestión de elegir la cantidad adecuada de andamios para nuestra audiencia:

-¿Qué pensáis?

-¿Será necesario el control?

-¿Es adecuado?

si lo es..¿por qué?

si no lo es ¿por qué?……

Esta vez no voy a contestar mis preguntas, o lo hacéis vosotros o lo dejaremos así, pero pensad que es un proceso más de implantación de la Educación Disruptiva.

¿Es coherente y compatible la ciencia académica con la investigación  o con una interacción 2.0 a gran escala? ¿Cómo pueden repercutir estas innovaciones en la conformación del saber científico?

En principio, una mayor intercomunicación aumenta la productividad pero, ¿los cambios comunicativos alterarán las instituciones sociales de la ciencia clásica, o éstas tendrán mayor capacidad de supervivencia?

La inspiración de las innovaciones comunicativas en la investigación procede tanto de la ética hacker del emprendedor solidario y altruista (Torres, 2009) como de la tecnociencia del complejo científico-industrial. No está claro qué implantación o éxito puedan alcanzar la e-ciencia o la ciencia 2.0, pero las novedades apuntan hacia una especie de “ciencia colectiva”, constituida a través de la contribución de muchos individuos. Si tales prácticas se consolidan, comportarán nuevas formas de sociabilidad científica, y por tanto la investigación tomará un carácter diferente. Sabemos que la ciencia se viene basando cada vez más en la cooperación, pero el surgimiento de una “ciencia colectiva” sería novedoso.

El movimiento hacia una ciencia colectiva supone que los protagonistas no son tanto los sujetos individuales, expertos investigadores asociados libremente, como un complejo sistema sociotécnico integrado por agentes humanos y plataformas tecnológicas. La ciencia siempre ha sido comunicativa, pero también individualista. La lucha por las prioridades y los reconocimientos ha formado parte de la historia e instituciones de la ciencia tanto como el espíritu de colaboración y la generosidad. Incluso, uno de los acicates del Acceso abierto es el deseo de alcanzar mayor visibilidad y repercusión.

Es frecuente la queja de que la ciencia está llegando tarde a la Web 2.0 porque en la Academia hay resistencias o inercias frente a los cambios auspiciados por las TIC (Butler, 2005; Cabezas, Torres y Delgado, 2009; Waldrop, 2008b).

Por más que acrecentar la intercomunicación haya sido una constante, las nuevas iniciativas (la ciencia colectiva) contravienen algunas reglas sociales e instituciones clásicas de la ciencia:
 La crítica y justificación del conocimiento, hasta ahora centrada en la revisión por pares, individuos concretos y responsables, se vería sustituida por sistemas de evaluación colectiva, caracterizados por la intervención de la comunidad de formas más difusas y tecnificadas.

La autoridad de unos textos científicos estables y validados mediante cauces regulares y consenso de comunidades de expertos es cuestionada por el dinamismo y la espontaneidad de las aportaciones en la Red, que se teme podrían menoscabar la demarcación entre ciencia y no ciencia.

Los marcos asociativos tradicionales (universidades, centros de investigación, sociedades científicas, revistas, etc.) se contraponen a nuevas instituciones de relación y diferentes reglas de interacción, más abiertas y globales, menos jerárquicas y endogámicas (redes sociales, comunidades virtuales, etc.).

Los derechos morales de propiedad intelectual y autoría, impronta distintiva de la ciencia y del mundo moderno, tendrían que relajarse o diluirse en los nuevos escenarios donde el protagonismo individual cede terreno, hasta llegar al anonimato, ante el conocimiento compartido.

La propiedad privada industrial de los resultados tecnocientíficos, aunque escapa al investigador individual para ser corporativa, constituye una resistencia peculiar a la colectivización, en tanto la explotación comercial exclusiva ofrezca ventajas egoístas frente al altruismo cooperativo (procomún).

Los sistemas de acreditación, prioridad, reconocimiento y meritocracia académicos quedan en cuestión o son un foco de oposición a las innovaciones en la construcción social de la ciencia, que a pesar de su tradicional carácter comunicativo, siempre se basó en el protagonismo personal de los científicos.

Incluso el análisis métrico de la relevancia o impacto de la investigación, tan popular y conveniente para la gestión y explotación de la investigación, es difícil de trasladar a un escenario de wikiciencia sin importantes cambios o nuevas técnicas y concepciones.

El juego de tendencias de signo contrario, cambio y resistencia, y la efervescencia de múltiples sistemas tecnológicos, provocan un acentuado polimorfismo en la comunicación científica y en la elaboración de la ciencia, donde reina la diversidad y, en buena medida, los conflictos.

La mediación en contenidos propia de los profesionales de la información se torna incierta ante la preponderancia de la mediación computacional y la multiplicidad, fragmentación y especialización de los contenedores, aunque tiene su oportunidad en el cuidado (curation) de datos y textos.

El mundo de la Academia y de la ciencia clásica ha estado asociado al “ideal del sujeto”, propio de la Modernidad, que favorece las nociones de autoría, excelencia y creatividad personales, propiedad privada intelectual, etc., valores vinculados también a la ética protestante del éxito en la vida. Las normas e instituciones científicas han sido consonantes con esta cultura: la ciencia se ha construido en una comunidad de individuos libres y autónomos que buscan el reconocimiento de los demás y no sólo el bien común.

En la era de la información industrializada, sin embargo, con el ocaso del sujeto moderno, el logro intelectual personal cede el paso a una inteligencia colectiva edificada sobre la estructura de potentes TIC.

Aunque en contra de valores y reglas clásicas del individualismo moderno, sobre el sustrato y fermento tecnológico crece a pesar de todo el crowdsourcing, la ciencia colectiva, de estirpe hacker o tecnocientífica. La información se sigue depurando para ser cualificadamente científica, pero como parte de una inteligencia general de la especie cada vez más global, externalizada, distribuida, reticular, neurodigital, “ciborg”.

La ciencia aparece no como el patrimonio de una república de sabios, sino como la parte más evolucionada de una inteligencia de enjambre.

Es la evolución del conocimiento inmersivo en una sociedad inteligente y disruptiva.
juandon