Clayton Christensen?s theory of ?disruptive innovation? is founded on anxiety, fear, and shaky evidence.
Source: www.newyorker.com
Los Medios Sociales son una bestia digital hambrienta que requiere cantidades enormes de alimento para operar. Este alimento se llama contenido. Hoy en dia incluye fotos, textos, videos, audio y sus combinaciones. Y no basta con la cantidad, la calidad también es importante para poder atraer la atención y de ahi los resultados que deseamos, sean cuales sean.
Se habla de crear contenido relevante. De ofrecer valor a nuestro público.
Eso está muy bien, pero pocos se detienen a hacerse esta pregunta
¿Qué precio tiene crear este contenido? ¿Qué tanto se puede producir en un tiempo dado? ¿Es sostenible hacer esto a largo plazo?
¿En dónde está el límite de la cantidad y calidad del contenido que se puede crear?
Cualquier que haya llevado una cuenta de una marca o negocio sabe que crear contenido original razonablemente bueno, en cualquiera de sus formas, es un proceso que requiere tiempo, energía…
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A new study, The Innovative University: What College Presidents Think About Change in American HigherEducation, sponsored by Blackboard and The Chronicle of Higher Education, has this to say about disruption:
Well over half of all presidents believe that at least a moderate amount of disruption is needed in higher education. Years ago disruption to higher-education’s business model was not something a college president was likely to promote. These days, disruption is sometimes a rallying cry from the president’s office. This is a dramatic change from the way campuses have traditionally conducted their business, through evolutionary change.
When I saw that yesterday, my eyes rolled. As one who has run a business, I’ve always seen Clayton Christensen’s «disruptive innovation» as simply another bit of gobbledegook getting in the way of getting things done.
It turns out I am not the only one. Jull Lepore, writing in the June…
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juandon. Innovación y conocimiento 