La movilidad y la ubicuidad van a jugar un rol fundamental dado que la urgencia la determina la situación, el problema que debo resolver en este preciso instante y para el cuál no tengo solución por lo que necesito aprender. Se trata de un problema de Timing. ….
Lo crucial no es la distancia (dónde) sino el tiempo (cuándo, es decir, ahora). Ni siquiera el formato importa demasiado (puede ser que necesite desde acceder a un experto, revisar un checklist o descargar un mini video clip de demostración). Lo que debe responder una organización es ¿Cómo ayudo a mis empleados a resolver los problemas que tienen cada día cuando surgen?
En relación a la ubicuidad hay que ser consciente que aunque la tecnología no pone apenas restricciones, los dispositivos móviles son todavía relativamente limitados ya que involucran muy tímidamente los diferentes sentidos (si lo comparamos por ejemplo con una consola de videojuegos) y dejan “hacer” muy poco al usuario.
Posiblemente una de las grandes aportaciones de la tecnología es que para aprender ya no dependo de la oferta que existe en el lugar geográficamente cercano a donde estoy sino que puedo acceder a cualquier fuente, donde esté y a la hora que esté. Lo que empieza a ocurrir es que es el usuario el que quiere tener la libertad de escoger cuando y cómo quiere aprender y no tener que desplazarse a un sitio a aprender, sino que el aprendizaje me encuentre y venga a mí.
Ya no hay apenas excusas para no recibir una enseñanza personalizada, aprendizaje a la carta: si hoy me visto como quiero, como lo que quiero y donde quiero, entonces necesito aprender lo que quiero (porque me interesa o porque lo necesito) por los medios que yo prefiero (vídeos, imágenes, simulaciones, juegos….) y de quien yo quiero (inteligencia distribuida y aprendizaje colaborativo).
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