Esta claro que Internet es también un asunto filosófico: en cierta forma nos obliga a repensar qué es real y qué no lo es, redefiniendo límites y características que hasta ahora parecían bien asentados. No sólo eso: es, en cierta manera, un tema generacional.

Los alumnos que ahora mismo están cursando bachillerato “viven” también en la red, “son” red de un modo mucho más primordial que el que podemos poner en práctica aquellos a los que esto de las nuevas tecnologías nos pilló ya algo creciditos. La pregunta se las trae: ¿Es real lo virtual? Los alumnos de bachillerato parecen tenerlo claro:

Rotundamente sí. Lo virtual es real: es una más de las maneras de vivir la realidad, de estar en el mundo. Para ellos, el mundo virtual no tiene por qué oponerse a lo que “tradicionalmente” se ha entendido como real: tal y como se argumentó durante el debate, la mayoría de las actividades y relaciones que se mantienen por la red encuentran su referente en el mundo real. Los correos electrónicos se envían a seres humanos de carne y hueso, y las conversaciones a través de los programas de mensajería se mantienen con amigos reales, a los que la mayoría de las veces se conoce personalmente o con los que se comparten gustos e intereses.

La propia expresión “realidad virtual” lo deja bien claro: es un tipo particular y concreto de realidad, pero realidad al fin y al cabo. Otra cuestión muy distinta es que una concepción muy estrecha del mundo que nos rodea nos impida comprender la “sustancia” de lo virtual: pero en este caso seremos nosotros los que nos empeñamos en negar algo que está ahí. La defensa de la realidad de lo virtual fue casi unánime entre los alumnos.

En ningún momento admitieron que pudiera ser una evasión, un espejismo o un entretenimiento vano. Entienden Internet y la realidad virtual como una prolongación o ampliación de lo que hasta hace 30 años se entendía como “mundo real”. No ofrecían respuestas tan convincentes cuando se les hablaba de posibles diferencias entre el mundo real y el virtual: el valor de la mentira en la red, las reglas de lo virtual, la “apariencia” de realidad que puede ser ilusoria…

Escuchando a los alumnos hay una conclusión clara: lo virtual ha venido para quedarse, y es una “realidad” incuestionable. Ahora se nace y se crece en la red, para lo bueno y para lo malo. Otra cosa es que, probablemente, haga falta una tarea reflexiva al respecto, elaborada (por qué no) dentro de la propia red. A tenor de lo escuchado el pasado fin de semana a los alumnos de bachillerato, Internet es ya parte de la realidad. Puede que pensar en red sea también una de las tareas urgentes de nuestro tiempo.